Scene 20 - Mar

Andrew&Valentine

Valentine miró una vez más hacia el horizonte, iluminado por los reflejos plateados que el sol arrancaba al agua del mar, y avanzó hasta sentarse al lado de su hermano. Iba vestida con un traje de baño azul celeste y  blanco, largo hasta las rodillas y con cuello de estilo marinerito. Andrew se sonrojó, y ocultó su rostro bajo su flequillo azabache. Estaba acostumbrado a ver a su hermana en ropa interior, pero no sabía qué tenía el traje de baño que le hacía sentirse más incómodo. Ella estiró las piernas y enterró los pies en la arena.
-¿Por qué querías que viniésemos? –Preguntó- Tú odias la playa.
-Creía que te vendría bien–mintió el muchacho.

Ante la mirada incrédula de su hermana, Andrew refunfuñó una excusa que se perdió entre el sonido de las olas. Valentine suspiró y regresó a la orilla. Era cierto que no le gustaba la playa, pero desde hacía unos meses sus motivos iban más allá de eso. El diario de su padre. Desde que lo había encontrado no había dejado de escudriñarlo, buscando qué era lo que había pasado el día del… incidente. Pero eran notas confusas, inexactas, y cada vez más incongruentes. Sin embargo había un dibujo que había llamado poderosamente su atención. Un ser que salía de entre las aguas…
Y si Andrew quería llegar al fondo del asunto, debía agotar todas las posibilidades. Incluyendo ir al mar, y tratar de descubrir qué se escondía en sus profundidades. 

De pronto, el agua comenzó a moverse, como en un maremoto. Andrew se puso en pie, mientras algo enorme parecía surgir de entre las olas, que comenzaron a romper a su alrededor. La gente chilló, presa del pánico y comenzó a correr, huyendo a toda velocidad. Sin embargo, el muchacho no pudo apartar los ojos de esa enorme criatura, que se alzaba cada vez más sobre la superficie del agua. No apartó los ojos de ella hasta que escuchó un grito que le heló la sangre. Valentine. Se levantó de un salto y la buscó con la mirada. ¿Dónde estaba? La llamó a voz en grito, mientras comenzaba a sentir que el pánico le embargaba también a él.

Finalmente la divisó entre las olas, luchando por nadar a contracorriente, mientras el enorme maremoto producido por los pasos de aquel ser innombrable la arrastraban a mar abierto. Andrew volvió a llamarla, mientras trataba de avanzar hacia la orilla. Aquel monstruo, aquel monstruo que vio en el grabado… sabía despedazaría a su hermana. Gritó de nuevo, llamándola, mientras ella cada vez estaba más adentro, más lejos.

La llamó, la llamó hasta que le dolió la garganta. Lloró a voz en grito. Lloró hasta que las olas llegaron hasta él y lo cubrieron, y entonces no pudo respirar. Lloró y gritó hasta que alguien le sacudió y abrió los ojos. Frente a él, su hermana Valentine le miraba con el ceño fruncido.
-Otra pesadilla –dijo-¿Se puede saber qué te aterra tanto?


Andrew sacudió la cabeza. El mar.